martes, 24 de enero de 2017

¿Sabe Por Qué Le He Parado?

- Estaba apoyado en el capó del coche, abrigado como un esquimal mientras me fumaba un cigarro a pie de playa.
Es una manera de relajarme cuando los problemas me agobian: Pillar, irme a un sitio en el que sepa positivamente que no hay nadie y allí poner la música muy alta y fumar tranquilamente. En serio, es muy recomendable. Ves el sol, que siempre apacigua los ánimos, notas el frío procedente del mar, que espabila las buenas ideas y disfrutas del sonido envolvente de las canciones que suenan por los altavoces.
Pero el problema no se iba. Seguía allí. Clavado.
"Unos alicates", recuerdo que pensé, "unos alicates me vendrían ahora mismo de perlas". Sonreí fantaseando con la imagen de la dueña de mis desvelos siendo sacada de mi cabeza por un carpintero con un buzo azul diciendo: "No sé quién le habrá puesto eso ahí, pero menuda chapuza, amigo" mientras escupe al suelo.
La rabia empezó a subirme a toda velocidad a la cabeza e imaginé (como véis, soy muy dado a montar peliculas) a un par de personas a las que no les acabo de tener mucha devoción ni cariño, retorciéndose y rogando perdón, y, cuando quise darme cuenta, el pitillo estaba ya en el suelo y yo estaba acelerando saliendo del párking de la playa.
"Tranquilo", me dije, "sólo concéntrate en la carretera", intentaba decirme en voz alta, mientras mi mente unía los puntos necesarios para llevar a cabo mi plan: Cajero. Campamento. Pistola. Cajero. Campamento. Pistola. Cajero. Campamento. Pistola.
Aceleré y tomé dos curvas seguidas como si de un tramo de rally se tratase. No tenía miedo, ni siquiera cuando pasé rozando a otro coche, al que dejé pitándome atrás en apenas unos segundos.
"Moriría por ti". Eso se lo había dicho al poco de conocerla. Y sí, sé que suena a frase hecha de aquí a la Conchinchina, pero en mi caso era real. Era la número uno en mi lista de gente por la que me tiraría delante de un camión o haría el Casillas ante una bala. Ella, y quizá un par de personas más.
Pero esta vez no sería el que se pone delante de la bala, si no el que está detrás, apuntando.
Me bajé del coche, y tras un par de llamadas tenía la pistola en la mano. "Nada de nombres, nunca ha pasado esto, lo que pasa en el campamento, se queda en el campamento".
Pagué y me fui acelerando de nuevo.
"Sólo concéntrate en la carretera", volví a repetirme.
Le iba a meter una bala en la cabeza a una persona.
Sabía que esa persona se iba a morir al momento.
Sabía que se iba a morir sin saber por qué, aunque se lo oliese.
Sabía que yo iba a pasar unos quince años muy fresquitos en una celda de dos por dos.
Y me daba igual.
Pero, ¿y ella? Ella se iba a quedar completamente sola.
"Bah, es dura", pensé, "Saldrá adelante sin mi, sin este y sin nadie, puede con todo"
"Sí", me contesté, sintiéndome Gollum por un momento, "Pero no es lo mismo ver cómo dos personas que han formado parte de tu vida en diversos momentos, PUM, de golpe y porrazo, desaparecen"
No pude hacer otra cosa que darme la razón (que además es una de las cosas que más me gusta).
Pero ya tenía la pistola. Tenía la adrenalina a máximo nivel y estaba llegando a la puerta de la fábrica en la que aquel bastardo trabajaba. De hecho lo estaba viendo, apoyado en la pared, riéndose con sus compañeros de algo que estaban contando.
"Frena", volví a oír mi voz, que sonó autoritaria, "es muy fácil tomar la decisión de quitar a este rastrojo de en medio, ¿te has planteado que tu novia a lo mejor lo que necesita es que la apoyes en esto? No que le soluciones el problema, y menos de esta manera, si no que te comas la mierda orgullo ese que tienes y estés al pie del cañón?"
"¡¡EHH!! Un poquito de relax con la manera de decir las cosas"
"No, tío, no, piensa en ella, tú mismo dijiste antes que es dura, pero la conoces, sabes que no aguantaría ese palo, ¿su novio en la cárcel y el hijo de puta de su ex muerto? Venga, es carne de psiquiátrico, o de hacer puenting sin red, y si yo lo sé, tú también, que para algo somos la misma persona".
Tenía razón.
A veces tomar la solución fácil de acabar con la rabia matando al perro no es la mejor.
-¿Y esa es la explicación que usted me da para tener un arma en el asiento del copiloto?- dijo el guardia civil, sorprendido por lo que acababa de escuchar.