sábado, 3 de mayo de 2014
Una Sonrisa de Ensueño
Se despertó porque los primeros rayos de un sol de mayo entraron por el único resquicio que permitía la ventana metalizada de su habitación. Un frío suave le recorrió el cuerpo al destaparse, pero cogió la sudadera que estaba encima de la silla, justo enfrente de la cama. Había tenido una bronca con su chica el día anterior, y ella, enfadada, se había quedado viendo la tele mientras él se acostaba. Llegó a la sala y la vio. Acuclillada en el tresillo, con la cabeza apoyada en el reposa-brazos, apenas tapada con una mantita que él le había regalado. Y sonriendo, con aquella sonrisa que, cuatro años atrás le había dedicado y por la que removió cielo y tierra para verla a menudo. No pudo más que arrodillarse enfrente de ella, besar tímidamente su mejilla y susurrar un "Perdóname". La sonrisa de ella se amplió y, abriendo sólo un ojo, le echó la lengua.
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