sábado, 15 de octubre de 2016

El Espejo

"No debí hacerlo", le dijo, "Eso de hundirme en un agujero que yo cavé y del que todavía tengo tierra en las uñas... Eso es bien, pero bien...", sonrió, "Pero sin malas decisiones, ¿cómo sabes cuáles son las buenas? Aunque con las mías se podría hacer un museo de los despropósitos en el que yo estaría en la puerta como el Maestro de Ceremonias de un circo dándoles la bienvenida a mi absurda vida a los visitantes", hizo una reverencia entre aspavientos, invitándola a entrar a una inexistente puerta circense, "¡Pasen y vean al inimitable hombre de las mil cagadas!", ella sonrió, "He sido la oveja descarriada, el chico del humor negro y los gustos raros, nada de lo que hacía estaba bien pero, y aquí viene el meollo de la cuestión, a mi me gustaba cómo era y lo que hacía, así que seguí adelante, aún sabiendo que esa manera de ser me iba a cerrar muuuuchas puertas, pero eh, mírame, aquí sigo y de una pieza" se señaló de arriba a abajo, "Por eso me revienta el alma el verte con esa cara, esa sonrisa pintada y ya no te quiero contar cuando te oigo definirte... Parece talmente que tengas una venda puesta en los ojos." Se tapó los suyos con las manos, "Pero mira" se los destapó, " ¡es fácil! Inténtalo", ella lo hizo entre risas, "¿Ves? Te lo dije... Y ahora dime, ¿no notas los colores de las cosas?" Asintió, "¿no ves que hay cosas más allá de tó lo negro que tú te empeñas en ver? Sólo te pido que mires atrás y veas lo que has logrado, ¿eso lo haría alguien que no vale? Si estoy seguro que la mitad de las veces tu cansancio se debe a las tres millones de vueltas que le das a la cabeza" se levantó y giró sobre si mismo, "mira, sólo tres vueltas y ya voy como los patos mareaos" ella soltó una carcajada, queda, pero carcajada al fin y al cabo "Sabes que no quiero que pases por lo mismo que pasé yo, así que respira hondo, levanta la cabeza, vamos a tomarnos un cubata a la salud de los envidiosos, y al que no le guste tiene dos problemas: el no gustarle, (que ya hay que ser malaje para que no te guste ver a la gente bien, también te digo)" guiñó un ojo, "y el vernos sonreír porque, colega, tengo el bolsillo lleno de billetes y tenemos todo el tiempo del mundo para nosotros... Y recuerda una cosa, anda, te lo pido por favor, sólo tienes que hacer feliz a una persona, a esa que te sonríe ahí" señaló un espejo que tenían a la izquierda, " y oye, yo conozco a esa tía y si te fías de mi criterio, esa niña es jodidamente perfecta"

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