miércoles, 26 de diciembre de 2018

Estrellas Fugaces

El vaivén de tus caderas hace que te siga como un niño al flautista de Hámelin y no sé si eso me llevará al cielo o al infierno.
Cada caricia tuya hace que se me pongan los pelos de punta, que la electricidad me llene y sólo quiera que provoquemos un cortocircuito.
Eres la típica que asusta a todos, pero no te tengo miedo, sé el riesgo que es quererte.
Estás hecha de otra pasta, quizá seas una mutante como Mística y eso te hace difícil de comprender para el resto.
Apareciste en este mundo como una tormenta, como algo inesperado, e hiciste que de pronto entendiese todo y te siguiese hasta el fin de los tiempos.
Bésame, hazme arder, haz que cada célula de mi cuerpo estalle, no te tengo miedo.
No eres de este planeta, no puedes serlo, no de la manera en la que me haces sentir. Tienes que haber llegado de lo que llaman cielo o ser el pecado por el que quiero ver el infierno.
Te he visto funcionar. Tu mente viaja a velocidades complicadas de seguir para muchos, pero no para mi, soy el único que aguanta el poder de tu mirada.
Ay, esos mordiscos y esa forma de moverte a mi alrededor...
Esto va más allá de nuestros cuerpos, va más allá de nuestras mentes, es como la colisión de dos estrellas fugaces.
Y aunque caminemos en una cuerda muy fina, recuerda que lo arriesgaré todo por ti y jamás te dejaré caer, jamás.

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