lunes, 30 de noviembre de 2015

Dónde?

El otro día viendo una foto suya, en la que se reía, recordé aquellos buenos momentos que compartimos, cuando todo era sencillo y aunque lloviese, sólo notaba calor.
Ahora parece que al verla ya hay sólo frialdad, como si hubiese demolido todo aquel mundo y me parece que si me quedo mirándola mucho tiempo sólo encontraré el final de un oscuro pozo.
Tenía y sigue teniendo unos ojos oscuros en los que perderse, que lo mismo hacen que ardas como pueden congelarte la sangre en las venas, pero cada vez que noto una punzada de dolor en su mirada, no puedo evitar acercarme e intentar ayudarla, porque todavía recuerdo estar sentados mirando a cualquier punto infinito, en silencio, en ese silencio cómodo que comenta Mia Wallace.
Pero ahora sólo hay tormenta, rayos, estallidos de ruido y demás mierda a nuestro alrededor.
Y ya no tengo ni idea sobre dónde ir.
Ni puta idea de a dónde podríamos haber llegado, pequeñaja.

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