jueves, 18 de septiembre de 2014

El Blues de Marisa

Miércoles:
Sabía que algo no iba bien, pero no se esperaba aquello. De ninguna manera. Entró en casa apretando los dientes. Rabiosa. Sabía que se podía solucionar. Pero él no quería. Para él, todo se había acabado.
- No tenemos la misma pasión, sólo somos dos amigos, y lo sabes igual que yo- le dijo- ¿No crees que sería mejor intentar conocer a otra gente, ver si podemos ser felices?
Ella asintió. Era cierto que ahora su relación era mucho más de confianza, de cariño mutuo que de pasión incontrolada. Pero "joder", pensaba, "que son cinco años, ¿qué coño quiere?"
Se quitó los zapatos en la entrada y empezó a desabrocharse el pantalón y la blusa mientras iba hacia el cuarto de baño. El espejo le devolvió sus ojos llorosos, pero decidió que no, que no sería ese momento el de derrumbarse. Cogió un par de toallitas desmaquillantes y se quitó la sombra de ojos y el poco colorete que acostumbraba a pintarse. Lanzó la ropa a la tina de la lavadora y, en ropa interior entró en la habitación. Levantó la almohada, se puso el pijama, dejó la cama abierta y fue hacia la cocina. Se felicitó a si misma por haber dejado algo de ensalada de la comida. No tenía ningunas ganas de ponerse a cocinar en ese momento. Pilló una cerveza, y con el bol en la mano, se tiró en el sofá de la sala. Nothing Hill en uno de los canales, Love Actually en otro, Pretty Woman ("¿Otra vez?, pensó hastiada mientras seguía zapeando), Sexo en Nueva York...
- Lo último que tengo ganas de ver ahora es esto...- miró la estantería de los DVD´s y escogió Terminator2. Tiros, acción, nada que le hiciese pensar y empezó a comer mientras Edward Furlong se sorprendía al encontrarse con un Schwarzenegger todavía joven.
Aunque no quería, la imagen de Chaly cada poco volvía a su mente. Lo habían pasado muy bien, se habían hecho tatuajes juntos, pensaban que poco o nada los separaría, porque siempre que había un problema no paraban de hablar hasta llegar a una solución. "Se acabó", dijo convenciéndose a si misma, "se acabó y punto. Ahora es sólo un amigo, y así es como debe ser".
Jueves:
Tania la había llamado para tomar un café y ella aceptó prácticamente al momento.
- ¿Cómo estás?
- Perfectamente. Pensé que me iba a costar más, pero qué quieres que te diga, me encuentro perfectamente- dijo con convicción- Chaly quería otra cosa y eso es lo que tiene...- la cara de su amiga daba a entender que no estaba muy convencida de sus palabras- A ver, que sí, que no es plato de buen gusto, pero no puedo quedarme llorando en casa, sabes que no soy así. Tengo 25 años, soy guapa, aunque no esté bien decirlo- dijo guiñando un ojo, con media sonrisa- Si quiero puedo tener a cualquier chico que me apetezca, pero qué cojones, Tania, llevo demasiado tiempo fuera del mercado, ahora quiero disfrutar un poco de la soltería, que me lo tengo bien merecido, ¿no crees?- las dos sonrieron mientras terminaban la cerveza.
Horas después estaba de compras. Siempre la relajaba estar mirando ropa, probándose cosas, aunque al final no comprase nada. En eso sí que era femenina. Sonrió pensándolo. Chaly siempre le decía que le encantaba cómo era. Prefería el fútbol a las telenovelas, no soportaba los programas amarillistas y tenía una gran biblioteca en casa desde siempre. Luego pensó en lo que le había dicho a Tania. No quería preocuparla, era su mejor amiga y sabía que estaría dándole vueltas a cómo podría levantarle el ánimo, pero no le hacía falta. Realmente pensaba eso. Ahora era soltera. E iba a disfrutarlo.

"Eh, rubia, que me acabo de enterar que lo has dejado con Chaly, estás bien?".
Era Ángel, un amigo de ambos, que le acababa de mandar un whatsapp.
"Sí, estoy genial, gracias por preocuparte", contestó.
"Seguro? Mira que tengo una botellita de cacique y cocacola y nos pegamos una fiesta en menos que canta un gallo ;)"
"Jajajaja, nah, no hace falta, estoy bien, ya sabes que él y yo siempre tuvimos las cosas claras... Se acabó? Muy bien, ahora tenemos que ser lo más felices posible el uno sin él otro"
"Joder, qué claro lo tienes rubia... Bueno, ya sabes que si te apetece quedar para tomar algo, o para hablar, o lo que sea, estoy a tu entera disposición ;) jajajaja"
"Muchas gracias :D Si quieres quedamos este finde, que saldré con las niñas, si no tienes planes, vente con nosotras ;)"
"Despedida de casada? Jajajaja"
"Algo parecido ;)"
"Apuntado queda, te llamo el sábado, ok? Y oye, que sepas que aunque sea amigo de Chaly también, me tienes para lo que quieras"
"Lo sé, Ángel, muchas gracias, hablamos, un besiño :**"
Se quedó mirando la foto de perfil de su amigo. Salía apoyado en una columna, con una cerveza en la mano, mirando a alguien y sonriéndole. Era alto, con el pelo cortado en capas, negro, muy negro, lo que aún hacía más espectaculares sus ojos azules. "Está bueno" sonrió mordiéndose el dedo, juguetona, y apagando la luz de la mesilla de noche.
Sábado:
Las chicas no iban a salir. Tania había quedado con Kiko en ir a la boda de uno de sus primos, Sonia no había conseguido canguro para la niña y Ainhoa y Rebeca habían discutido y preferían quedarse en casa intentando solucionarlo.
Se llevó un chasco. Tenía la esperanza de que al menos alguna pudiese salir y ya se había lavado el pelo y preparado la ropa que iba a ponerse. Había comprado unos vaqueros lavados a la piedra negros, y una camisa blanca entallada. Con el top negro que tenía, esa noche quería salir a pasarlo bien, a desestresar de la dura semana que había pasado. Y ahora todo aquello se desmoronaba. Tampoco iba a salir sola.
"Rubia, por dónde andáis?"
Ángel. Esa podía ser su solución. Bien llevado podrían pasarlo genial, más o menos tenían los mismos gustos y, si al final de la noche le apetecía llegar a algo más, estaba segura que él no se iba a negar.
"Pues en casa, que las niñas no salen :( Me han dejado tirada, yo, que ya tenía preparado todo para salir"
Allá iba el anzuelo.
"Oh, pero no seas boba, vente conmigo... Hoy juegan el Madrid y el Dépor, podíamos ir a verlo, jalar una hamburguesa y tomarnos unas birras, así me pones al día, que no me creo que estés tan bien, jajaja"
Anzuelo mordido.
"En serio? No te importa salir solo conmigo?", preguntó haciéndose la interesante.
"Venga Marisa, que nos conocemos... Te paso a buscar o quedamos en algún lado? :p"
Anzuelo mordido, sedal recogido y pescado en la cesta.
"Dame media hora que termino de vestirme y arreglarme y nos vemos en el Central, si llegas antes, pídeme una Vintage, jajajaja ;)"
"Oído cocina, nos vemos en un ratito, pero apúrate que el partido empieza a las 9, eh?"
"Boh, ni que no me conocieras, si yo por ver perder al Madrid soy capaz de bajar hasta sin peinar, jajajaja ;)"

Media hora después, con una puntualidad británica, Marisa entraba en el Central y con la mirada buscaba la mesa en la que su amigo se había colocado. Estaba cerca de la barra pero a una distancia perfecta de la televisión. Y él la miraba extasiado. Sonrió felicitándose a si misma. El primer paso de un posible lío estaba dado.
- ¿Quién sale?
- Cristiano, Bale y Benzemá arriba y Varane y Ramos atrás...- contestó rehaciéndose del impacto de verla.
- Oh, ¿y Pepe?- Ángel se encogió de hombros- y en el Dépor, Postiga, Juanfran y Cuenca... Bueno, ¿sabes que el Madrid va a perder, no?

Durante el partido cenaron, mientras no paraban de tomar cervezas. Marisa llevaba el punto exacto que quería. Estaba lo suficientemente contenta como para dejar que pasase lo que tuviese que pasar, pero no tanto como para no acordarse de nada al día siguiente. Luego, tras pasar por un par de bares, fueron al Karaoke y cantaron varias canciones de Héroes del Silencio y Extremoduro. Ángel había intentado entrarle un par de veces, pero ella, sutilmente lo apartaba, acariciándole la cara y dejándole un par de besos sueltos en la frente o la nariz. "No todavía" pensaba, dándole un buen sorbo a la cerveza que acababa de pedir.
Una hora, o quizá un poco menos, estaban en su portal.
- Buenas noches, Marisa- dijo haciéndole una reverencia, mientras le guiñaba un ojo.
- Anda, ven aquí- lo agarró con la mano izquierda y lo atrajo hacia sí, mientras con la derecha acariciaba su cuello y, con calma, pausa, y sensualidad besaba los labios de su amigo. Fue un buen beso, lento, profundo, un beso que sugería algo más, aunque no lo aseguraba. Tras unos segundos, ella se separó, le tocó la nariz con uno de sus dedos, y dijo- Mañana te llamo, ¿vale?
- Como usted quiera, señorita- le dio un pico, besó su mano y comenzó a alejarse- Buenas noches, Marisa...
- Buenas noches, Ángel...
Subió a casa satisfecha de si misma. Mantenía su magnetismo, su atractivo y su saber llevar los tempos de la relación. Aquella noche durmió a pierna suelta, como hacía días que no lo conseguía.
Domingo:
Eran las cinco de la tarde cuando estaban todas juntas, contándose la semana, como siempre hacían, en el Central.
- Ayer me lié con Ángel- soltó una vez les hubieron servido.
- ¿Con Ángel Segarra? ¿El colega de Chaly?- preguntó Ainhoa.
- Sí...- sonrió con pillería.
- Joder, ¿y qué tal, te lo tiraste?- dijo Rebeca, apoyándose en la mesa, con una extraña curiosidad.
- Jolín hija, qué fina...- contestó- No, no me lo tiré, nos dimos un par de besos y estuvimos toda la noche tonteando... Aunque lo que me pregunto es por qué tienes tanta curiosidad- dijo entre las carcajadas generales.
- Boh, eres idiota... Quería saber hasta qué punto te habías olvidado del imbécil del otro... Por cierto, ¿no es aquel que va por allí?- todas se giraron hacia donde su amiga señalaba.
Sí. Era Chaly. Marisa intentó no mirarle pero algo dentro de ella quería más, quería saber cómo estaba, su cara reflejaba un dolor seco, y, al verlas, empezó a correr hacia el final del parque.
Luego, tras ponerse al día con las chicas, volvió a casa. Había fingido seguir las conversaciones, divirtiéndose, pero desde el momento en el que había visto a su ex, lo único que quería, era saber cómo estaba.
"Te vi ayer y tenía ganas de hablar contigo, podrás quedar hoy? ;)"

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