-Has cambiado -le dijo mientras veían una película tumbados cada uno en un sofá.
Le miró.
"No, colega. No he cambiado. No he cambiado un carajo siquiera. Lo que he hecho es adaptarme. Alguien de mi edad no puede cambiar de forma de ser. Si eso, puedo relajar algunas maneras o acentuar otras de manera que pueda mezclarme con el resto del pueblo sin necesidad de estar justificándome. Pero no me jodas que he cambiado. ¿En qué?. ¿En que ya no contesto buscando el pie de apoyo a la gente que me toca los huevos? ¿En que prefiero contar hasta diez antes de soltar lo primero que pienso a la gente que quiero, porque sé que eso me puede apartar de ellos? Eso no es cambiar. Sigo pensando lo mismo. Ahora sólo mido mis palabras y mis reacciones. Pero como sigas tocándome los cojones, volveré a ser el de antes y te pegaré dos berridos que se te caerán los pelos del bigote ese de hipster que te has dejado...", pensó mirándolo.
-Sí...- se giró y estiró el brazo- Pásame las palomitas, tronco...
No hay comentarios:
Publicar un comentario