De esto que es domingo, terminan Los Vengadores, cambio de canal y están dando varios capítulos de Cómo Conocí a Vuestra Madre...
La serie en sí es una chorrada y supongo que todos sabéis de qué va: un treintañero sienta a sus hijos en un sofá y les cuenta cómo conoció a su madre, punto por punto, explicándoles todas las mujeres que pasaron por su vida hasta que encontró a la idónea.
Pero en éste último capítulo que vi yo, en el que Barney se casaba, tiene una conversación muy interesante con Robin. La cosa viene a ser así:
Ted- Siempre creí que un día entraría en mi bocatería preferida y, de repente, vería a una mujer que pediría mi comida preferida, mientras tarareaba la canción que yo tengo en la cabeza y llevaría en la mano mi novela preferida...
Robin- ¿Y ya no piensas eso?
Ted- Ahora sólo pienso: ojalá esa zorra no se lleve el último bocadillo de pan integral...
Salvando las distancias, y leyendo un poco entre líneas, lo que Ted quiere decir es que siempre esperó a la mujer de su vida, al amor que te hace saber que esa es la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida... Y eso está muy bien. Todos queremos encontrar a esa persona. El problema es que casi nunca la persona que consigue que queramos pensar que moriríamos por ella, sienta lo mismo por nosotros.
Hace años creía en el amor a primera vista, creía que podría cambiar por alguien a quien en realidad quería, y esas cosas a las que llamo "tonterías de crío", pero ahora, con la edad del prota de la serie que estaba viendo, echo la vista atrás y pienso que he dejado pasar a las dos mujeres de mi vida, por distintas razones, pero que he perdido las dos oportunidades que me tocaban de ser feliz (siempre bajo los cánones de la televisión, claro) y eso, a veces me hace gracia, (las más, que soy una persona bastante pragmática, al menos de unos meses hacia aquí) y otras me deprime, porque me veo a punto de cumplir 32 años, y casi todos los amigos de mi edad llevan como mínimo diez años con sus parejas y algunos de ellos tienen ya hijos, (a los que quiero como a mis sobrinos, y unas cuántas horas en mi brazo lleno de tinta me lo recordarán siempre). Y sinceramente, prefiero quedarme con mi primera visión, aunque siempre tendré esos momentos en los que pienso en cómo podría ser mi vida con cualquiera de esas dos chicas, cómo sería ahora....
Cómo digo siempre, qué relajo es escribir para desfogar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario